Pues eso, de las de toda la vida. De esas galletas que nos hacían nuestras madres y nuestras abuelas y que no podíamos parar de comer. De ésas que cuando estaban en el horno perfumaban toda las casa que era un delicia. Vayamos con la receta.
Ingredientes:
– 250 ml de nata
– 250 g de azúcar
– 450 g de harina
– 2 yemas de huevo
Preparación:
Sobre el mesado o encimera de nuestra cocina hacemos un volcán con la harina. En el medio del volcán colocamos las yemas, el azúcar y la nata. Comenzamos batiendo los ingredientes con un tenedor y vamos incorporando la harina poco a poco. Cuando la masa adquiera un poco de consistencia dejamos el tenedor y continuamos amasando con las manos. Cuando la masa ya no se nos pegue a los dedos, dejaremos de añadir más harina. Si, por el contrario, hemos terminado toda la harina y la masa todavía resulta pegajosa, pondremos más cantidad de harina con cuidado de no pasarnos, pues de lo contrario quedaría una masa dura y poco manejable.
Dejaremos reposar media hora -durante el tiempo de reposo la masa adquiere mayor consistencia-. Ponemos un poco de harina sobre la mesa de trabajo y extendemos la masa con un rodillo hasta que nos quede con un grosor de medio centímetro más o menos. Con un cortapastas o con un vaso pequeño (esto es lo que he utilizado yo) cortamos nuestras galletas. Hacemos una bola con la masa que nos quede y volvemos a estirarla para hacer más galletas hasta terminarla toda.
Colocamos las galletas en una fuente de horno cubierta con papel sulfurizado y horneamos durante unos veinte minutos a 200º C con calor por arriba y por abajo. El tiempo de horneado es aproximado, cuando comiencen a dorarse por los bordes ya estarán listas nuestras galletas.
Curiosidades:
Como siempre os digo, no hay nada mejor que la comida hecha en casa, con los mejores ingredientes, sin ningún tipo de aditivo y, lo más importante, sin grasas que pueden perjudicar y mucho nuestra salud. Este consejo se extiende sobre todo a la repostería porque es en estos productos en donde la adición de grasas insalubres es más abundante y son los que más consumimos, sobre todo los más pequeños originándose unos hábitos alimenticios muy poco recomendables. Por todo ello, cuando tengáis un ratito, no dudéis en meteros en la cocina a preparar vuestras propias galletas y bizcochos, ya que además de disfrutar cocinando ganaréis en salud.
Como buena lamboreteira que soy me encantan las galletas y estas son de las que transportan a la infancia ,fueron unas de las primera que publique en el blog aunque nada que ver con las que hacia mi abuela con la nata de la leche de las vacas.
Te han quedado de relujo y seguro estaban de rexupete.
Bicos mil wapa.
Que ricas , ya las apunte , estoy de acuerdo contigo yo procuro hacer en casa todos los dulces que nos comamos besitos
Qué ricas galletitas!!!! yo me comia unas cuantas con mi colacao de media mañana ñumiiii
Ya nos gustaría disponer de nata de la verdad, de la que quedaba por encima al hervir la leche. Entonces si que estarían de relujo estas galletas.
Un besiño 🙂
Son mucho más ricos y, sin duda alguna, mucho más sanos.
Un besito Inma 🙂
Si, el colacao es el mejor acompañamiento.
Un besito guapa 🙂
Que deliciosas Malena, tienes toda la razón yo hace ya años que no compro bollería casera, cuando me apetece algo dulce lo hago y ya te digo que mi familia me lo agradece, ja,ja ja.
Un besito enorme y feliz finde.
Galletas muy evocadoras Malena, como bien dices de olores y de sabores… que ricas aquellas que hacían por la aldea con la nata casera, de todos modos a estas tuyas tampoco les hacía el feo, tienen muy buena pinta y se las ve muy caseras.
Biquiños y buen finde
En casa es que nunca hemos sido mucho de hacer galletas, por eso para mí son una receta especial hasta para cocinarlas. Me gustan las tuyas, tan austeras de ingredientes y sin embargo exquisitas. Y bonitas y apetecibles. Me sugieren cantidad de cosas y todas buenas.
Un beso.
Lo rico que está todo lo que hacemos en casa. Aunque no resulten unas galletas tan perfectas como las compradas son mucho más ricas y, como no, mucho más sanas.
Un besiño grande Manoli 🙂
Es una receta muy especial y entrañable. Con tantos recuerdos… Muchas gracias Milia.
Un besiño guapa 🙂
Yo tampoco es que haga muchas galletas, pero de vez en cuando me pongo a ello y siempre acabo diciendo lo mismo: tengo que hacerlas más frecuentemente porque nos encantan.
Un besito Mª Dolores y feliz finde 🙂
Que ricas son estas galletas, te han quedado genial, y estoy contigo como lo casero no hay otra cosa, besos
Que razxon que tienes como lo casero no ay nada , muy buenas estas galletas.
Feliz semana un beso!!
Se ven tan ricas….
Gracias Adita. Los dulces y todo lo hecho en casa, no se poede comparar.
Un besito guapa 🙂
Creo que en esto coincidimos todas las que nos gusta este mundo gastronómico.
Muchas gracias Carmen
Un besito 🙂
Muchisimas gracias guapa!!!
Un besito 🙂
Estas las devoraba yo cuando era niña, que buen viaje al pasado MAlena¡ muaks¡
Cómo me gusta hacer estas recetas. Son mis preferidas.
Un besiño Vero 🙂
Madre mía lo que daría yo por un vaso de leche y un montón de esas galletas! Qué ricas! Te han quedado perfectas!
Sólo tienes que ponerte a ello. Además se hacen en un plis plas.
Muchas gracias.
Un besito 🙂
Que delicia de galletas, nunca las he probado.
Pero con la pinta que tienen me has animado a hacerlas, tienen una pinta buenísimas.
Un besito 🙂
Muchísimas gracias Sole. Anímate a prepararlas verás cómo te gustan.
Un besito 🙂