Como dice el refrán «por San Juan la sardina moja el pan» vamos a hacernos eco de la sabiduría popular preparando unas deliciosas sardinas ahora que están en su mejor momento. Si no podemos hacerlas al aire libre en una barbacoa o similar -que sería lo suyo- no hay problema, con el horno de casa te van a quedar unas sardinas dignas del mejor San Juan.

Sardinas asadas al horno

Ingredientes: (para seis personas)

–  dos docenas de sardinas
– un puñado de sal gruesa
– 6 patatas medianas
– una hoja de laurel
Sardinas asadas al horno

Preparación:

Pelamos y lavamos las patatas. Las ponemos a cocer en agua con sal y una hoja de laurel. Cuando estén tiernas – unos veinte minutos- escurrimos el agua y ponemos un minuto más al fuego para que eliminen el agua totalmente.
Mientras se hacen las patatas preparamos las sardinas. Encendemos el horno con calor arriba y abajo a 200°C. Cubrimos la fuente de horno con papel sulfurizado – es imprescindible para que la piel de las sardinas no se quede adherida a la bandeja- Colocamos las sardinas por encima enteras, sin retirarles la tripa. Echamos una capa de sal sobre las sardinas y horneamos entre diez y quince minutos. Pasado este tiempo les damos la vuelta con mucho cuidado de que no se rompan y dejamos que se hagan por el otro lado diez minutos más.
Servimos las sardinas recién hechas acompañadas con las patatas cocidas.

Sardinas asadas al horno

Curiosidades:

La sardina es un pescado azul y como tal, contiene ácidos grasos omega 3 muy beneficiosos para prevenir enfermedades de corazón.
Entre las vitaminas cabe destacar la vitamina D, B 12 o cobalamina importante para embarazadas y bebés lactantes. Es uno de los alimentos con más contenido en vitamina B 6 o piridoxina muy recomendable para personas diabéticas.
Todos sabemos que la forma de cocinado de los alimentos influye en su valor nutritivo, pues bien, esta forma de prepararlas es muy saludable ya que no se impregna del humo tan nocivo de las barbacoas y gran parte de la grasa se pierde durante el cocinado.

4 Comments

  1. Lola Martínez 20 junio 2017 at 16:21

    A mi lo que me molesta de las sardinas asadas en casa es el olor, ésto en parte se soluciona con el horno efectivamente, aunque para las más sensibles como yo, aún así huele. Pero si no disponemos de una zona al aire libre, no queda otra para no privarnos de este pescado rico en vitaminas y en sabor. Además lo has acompañado muy bien y de forma muy sana con esas patatas cocidas.
    Un beso.

  2. Cuca 21 junio 2017 at 11:32

    Me pasa como a Lola, que el olor de las sardinas en casa no me gusta, pero si las quiero… ¡tengo que aguantarlo! Tengo una vecina que las hace muy a menudo, es lo que tienen los patios de la comunidad ¡que uno se huele y se escucha todo!

    ¡Besos mil!

  3. Felisa 23 junio 2017 at 16:11

    Buena idea para. Huelen menos y no ensucian apenas…y no hay que estar encima de la satén!

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