Aunque nunca nos hayamos parado a pensarlo, el tomate técnicamente hablando es una fruta, no es ni una verdura ni una hortaliza, es el fruto de una planta con sus consabidas semillas. Aclarada esta cuestión, lo más interesante del tomate no es a qué grupo botánico pertenece sino sus características nutricionales que son sin lugar a dudas muy interesantes. Yo lo clasificaría como un súperalimento que nos ha regalado la naturaleza.
En primer lugar destacar el alto contenido de vitamina C , una vitamina que como todos sabemos es esencial para la piel, contribuye a la formación de colágeno responsable de su elasticidad que se va perdiendo con la edad, por lo tanto el consumo de tomate es bueno para prevenir el envejecimiento cutáneo. Estimula las funciones cerebrales, disminuye la degradación neuronal, activa la circulación sanguínea y facilita la formación de glóbulos blancos activando el sistema inmunológico cuando existe alguna enfermedad.
El tomate debe su color rojo intenso a una sustancia que se denomina licopeno, el licopeno es un carotenoide que actúa como un antioxidante natural, también es antiinflamatorio y previene enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer. Tomar tomates habitualmente puede prevenir el cáncer de próstata – tomar 10 porciones de tomates a la semana puede reducir hasta un 18% la probabilidad de sufrir cáncer de próstata- y también el de pulmón, vejiga, cérvix y piel.
El consumo de tomates es interesante también para prevenir enfermedades coronarias y para evitar la arterioesclerósis ya que reduce los niveles de colesterol malo LDL en sangre.
Los malatos y citatos, sales ácidas presentes en el tomate, así como su elevado contenido en fibra, contribuyen a la regulacion intestinal y favorecen la digestión evitando la sensación de plenitud que muchas veces sentimos tras las comidas.
Como veis no podemos dejar de incluir tomates en nuestra dieta. Un alimento muy versátil tanto en crudo como para multitud de elaboraciones culinarias.
—
A mi me quitas los tomates de la cocina y creo que no sabría cocinar, ni acompañar comidas, pues lo empleo cantidad de veces en ensaladas y guarniciones. Nunca he sabido muy bien a que familia pertenecía, si es una fruta, mejor, aunque el tratamiento que le damos no es como el de las demás, pero en la variedad anda el gusto.
Bss
Yo simplemente no vivo sin tomate, jajaja! Todas las semanas tengo que tenerlos y no solo para cocinar, a mi hija le fascinan de snack, si se acaban hay drama!
Besos