Los ñoquis son un tipo de pasta fresca italiana que no recuerda a la que solemos conocer como tal ya que el ingrediente principal no es la harina sino la patata – los más conocidos – o como en esta receta, la calabaza, una verdura muy saludable que está en plena temporada y hay que aprovecharla. El origen de los ñoquis se remonta al siglo VIIIen Italia. A pesar de no ser tan populares, los «gnocci» son anteriores a los ravioli y a los espagetti. En la Edad Media se elaboraban con harina y agua. Posteriormente se añadieron otros ingredientes como espinacas, queso, carne o pescado. Con la llegada de la patata, este tubérculo se convirtió en el ingrediente principal de los ñoquis que son los que conocemos hoy en día. Los ñoquis son principalmente fuente de hidratos de carbono complejos que nos aportan energía. Al estar elaborados con calabaza poseen todos los beneficios de esta verdura: es un alimento muy rico en fibra y agua, lo que le confiere un poder saciante. Los carotenos y la provitamina A presentes en la calabaza son potentes antioxidantes que actúan contra los radicales libres retrasando el envejecimiento y previniendo algunos tipos de cáncer.
Ingredientes:
- 500 g de calabaza
- 1 huevo
- 100 g de queso en polvo
- 6 cucharadas de aceite de oliva
- harina de trigo
- sal y pimienta
Preparación:
Limpiamos la calabaza, quitamos la piel y las semillas interiores. Cortamos en dados, cuanto más pequeños sean, menos tiempo tardará en pasarse. En una sartén echamos tres cucharadas de aceite y la calabaza troceada, añadimos sal y un poco de pimienta negra recién molida. Ponemos a fuego medio hasta que la calabaza se ablande -unos veinte minutos aproximadamente- durante este tiempo removemos de vez en cuando para que se pasen todos los trozos por igual. En lugar de hacerla en la sartén podemos utilizar el horno poniendo la calabaza en una fuente de hornear con el aceite de oliva, la sal y la pimienta. El tiempo de horneado es algo superior que con la sartén. Hacemos un puré con la calabaza, dejamos que temple un poco y añadimos el huevo, el queso en polvo y las tres cucharadas de aceite restantes. Vamos incorporando la harina hasta obtener una masa que no se pegue a los dedos pero que quede blanda. Ahora vamos a formar los ñoquis. Tomamos porciones de masa y hacemos un cilindro largo como de dos centímetros de diámetro. Dividimos el cilindro en trozos iguales y damos forma pasándolos por un tenedor puesto del revés. Los vamos colocando sobre una superficie enharinada para que no se peguen. Cocemos los ñoquis en agua hirviendo con sal. Cuando suban a la superficie retiramos y escurrimos el agua. Los podéis acompañar con la salsa que más os guste, con pesto, con tomate. Yo los he preparado con una salsa ligera de bechamel con queso. Si no os queréis complicar mucho, un chorrito de aceite de oliva sin más les queda fenomenal.