En los días de calor no hay nada más refrescante que tomar un trozo de sandía fresquita, efectivamente la sandía está compuesta por un 93% de agua. Es un importante aliado para prevenir la deshidratación en verano además de actuar sobre el riñón, ya que incrementa la producción de orina y así previene la formación de cálculos renales y la retención de líquidos. Esta elevada proporción de agua es en parte un inconveniente, refranes tan populares como «la sandía por el día plata y por la noche mata» , no están exentos de razón; el agua diluye los jugos gástricos y dificulta la digestión, por ello no es recomendable tomar sandía tras una comida copiosa y es mejor tomarla a primera hora de la mañana o entre horas. Es un alimento estupendo para matar el gusanillo ya que reduce la sensación de hambre en personas con dietas hipocalóricas y en diabéticos; ideal para los «antojos» durante el embarazo, ya que sólo contiene 16 calorías por cada 100g de sandía.
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