Al hablar de alimentación ecológica estamos haciendo referencia a una alternativa en nuestros hábitos nutricionales que desde hace algún tiempo ya se encuentra entre nosotros. El creciente interés en los temas que tienen que ver con la alimentación junto con el respeto creciente por las cuestiones relacionadas con el medio ambiente ha contribuido al despegue de este tipo de productos.
Podemos hablar de productos ecológicos cuando nos referimos a aquellos que se obtienen mediante un sistema de producción sin elementos sintéticos, sin el uso de agroquímicos ni aditivos. Una de las líneas maestras de este tipo de producción es la renuncia al uso de pesticidas para evitar los residuos que estos dejan en la naturaleza, impidiendo la posterior contaminación del agua, del aire y de la tierra. Los productos ecológicos no contienen organismos genéticamente modificados puesto que se desconocen los efectos y consecuencias que puedan tener para los consumidores o el medio. Son productos muy sabrosos ya que siguen un ciclo de desarrollo y madurez natural y suponen un mayor nivel de respeto hacia la ganadería puesto que los animales crecen en mejores condiciones utilizándose razas y especies mejor adaptadas a su medio.
Distinguimos los productos ecológicos gracias a una certificación que garantiza su trazabilidad y autenticidad. Dichas certificaciones habrán de estar supervisadas por las administraciones autonómicas correspondientes. No debemos confundir productos denominadas naturales o caseros, como ecológicos. Los términos ecológico, eco, biológico, orgánico, biológico y bio sólo pueden ser utilizados exclusivamente en alimentos ecológicos que deben ir etiquetados debidamente, con una contraetiqueta numerada, el código de la entidad de control y acompañada del logotipo europeo.
Entre los productos ecológicos más habituales encontramos lácteos y derivados, cárnicos, agrícolas, miel, conservas de pescado, otras elaboraciones como vinagre, aceite, pan y pastas e incluso plantas medicinales y aromáticas.
Como todo producto innovador, los alimentos ecológicos plantean el problema de su distribución: no es fácil encontrarlos en los comercios de alimentación habituales y a pesar de que los consumidores consideran que son más saludables y gozan de una mayor calidad, se quejan se su excesivo precio.
Nuestra producción nacional se exporta principalmente a Europa -Alemania, Francia y Reino Unido- y a Estados Unidos, principal comprador mundial de productos ecológicos.
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Los alimentos ecólogicos me gustan pero su precio se nota demasiado en el bolsillo. Mi suerte es que mi padre está jubilado y tenemos unas fincas y en primavera planta un huerto bastante completo y estamos todo el verano y parte del otoño bien surtidos de verduras y frutas propias ¡y se nota muchísimo la diferencia!
¡Besos mil!
http://losdulcessecretosdecuca.blogspot.com.es/
Me pasa lo mismo que a ti. Siempre que puedo y tengo ocasión intento comprar y promocionar lo ecológico y si puede ser sostenible, porque se nota la diferencia, me gusta y porque me siento bien. Pero a veces la diferencia es demasiado forzada y hasta molesta, he estado en otros países donde la comida ecológica no es tan cara, no se si tiene alguna cosa que ver, pero estoy segura de que mucha gente colaboraría si no tuviera precios tan elevados. Ojala sea el verdadero camino de futuro! Un buen artículo;) Besitos
La mayor parte de los alimentos ecológicos que producimos se exportan a países con más poder adquisitivo que el nuestro, como Francia o Inglaterra. Es una pena que no se fomente más su consumo comenzando por precios más asequibles, porque está claro que hoy son casi prohibitivos. Sería ideal que estuviesen al alcance de todos, tanto por el medio ambiente como por nosotros mismos.
Muchísimas gracias Mireia.
Un besito 😉
Sí que sois muy afortunados Cuca. Poder contar con productos de huerta propios es todo un privilegio. La diferencia es abismal tanto en el sabor como en la calidad de los mismos y como sabes, si los queremos comprar no están al alcance de todos.
Aprovéchate de esas frutas y verduras tan maravillosas.
Un besito 🙂