Ya casi terminando la temporada de higos vamos a aprovechar los últimos que quedan haciendo una conserva con almíbar. Conviene que los higos estén en su punto justo de maduración, ni verdes ni demasiado maduros ya que se estropearían con el cocinado.
Junto al plátano, la chirimoya y las uvas, el higo fresco es una de las frutas con más contenido en azúcares, de ahí su elevado aporte calórico: 85 Kcal por cada 100 g de porción comestible. El aporte energético se cuadriplica en los higos secos. Es muy rico en fibra y aunque el aporte proteico no es muy alto destaca por contener todos los aminoácidos esenciales. Destaca también su contenido en potasio y vitamina B6.
Ingredientes:
- 1 kg de higos
- 250 g de azúcar
- 500 ml de agua
- ralladura de limón o de naranja, rama de canela o jengibre al gusto
Preparación:
Ponemos a calentar el agua con el azúcar a fuego suave durante diez minutos para hacer el almíbar. Si queremos un almíbar aromatizado es el momento de añadir la ralladura de limón o de naranja, sin la parte blanca, la ramita de canela o el jengibre. Pasados los diez minutos introducimos los higos en el almíbar previamente lavados y dejamos que se hagan en el almíbar veinte minutos. Mientras tanto lavamos unos tarros de cristal y las tapaderas. Si queremos conservar los higos en almíbar durante más tiempo tenemos que esterilizar los frascos y las tapaderas en agua hirviendo. Repartimos los higos en los recipientes y echamos el almíbar por encima hasta que los cubra por completo. Tapamos los envases y así, sin más, podemos guardar los higos en el frigorífico y disfrutarlos durante una semana. Para prolongar su vida útil tenemos que hervir los tarros tapados al baño de María durante veinte minutos o diez minutos si lo hacemos en olla exprés.