A partir del Real Decreto 271/2014 de 11 de abril publicado en el BOE el 28 de abril por el que se aprueba la Norma de Calidad para el yogur, se ha producido un cambio en la normativa que rige la elaboración y posterior comercialización del mismo y precisamente no es un cambio deseable como cabría esperar sino todo lo contrario. Como ya nos lo había anunciado el exministro de Agricultura y Alimentación, Miguel Arias Cañete, que se jactaba de comer yogures caducados sin especificar, por cierto, de cuántos días o quizás meses. Los españoles estamos tirando a la basura cantidades ingentes de alimentos perfectamente comestibles. Pero ¿sabíais que la cantidad de yogures que se desperdicia es insignificante?. El mayor porcentaje de alimentos desechados corresponde con casi un 20% a productos de panadería y pastelería, seguidos con un 17% por las frutas y las verduras.
Con la aprobación de esta nueva norma de calidad es la industria alimentaria la que tiene carta blanca para decidir en el etiquetado de sus envases hasta cuando un producto es apto para el consumo. Es entonces cuando nos hacemos la pregunta en el tema que nos ocupa: ¿hasta cuándo es microbiológicamente seguro consumir un yogur? Podemos afirmar que es un alimento bastante «seguro» ya que está elaborado con leche pasteurizada -la pasteurización es un proceso que consiste en la eliminación de la mayor parte de carga microbiana en alimentos líquidos alterando al mínimo sus características organolépticas- que aunque no elimina las esporas de los microorganismos ni todas las células de organismos termófilos como ocurre con la esterilización, sí prolonga la vida útil del alimento pasteurizado. Además, tiene un pH ácido que no es el más adecuado para el desarrollo de microorganismos; a pesar de estas características, nunca puede asegurarse la no contaminación de un yogur que puede producirse durante su procesado o más frecuentemente en una alteración en la cadena del frío (ha de estar siempre refrigerado entre 1 y 8 ºC) ya sea mientras dure el transporte en la furgoneta de reparto hasta que llega a las neveras del supermercado en cuestión o el tiempo que transcurre desde que lo adquirimos en el punto de venta y lo metemos en el frigorífico en casa.
Las características organolépticas de los alimentos son muy importantes y éstas se ven alteradas por el paso del tiempo. Transcurrida la fecha de caducidad, los yogures se vuelven más ácidos, aumenta el porcentaje de líquido en su interior y tanto su color, aroma como sabor no son las originales.
En todo caso, la decisión es de los fabricantes que por lo que parece no están muy de acuerdo con la decisión gubernamental de que los yogures no lleven fecha de caducidad ya que, en última instancia, son ellos los responsables ante los consumidores de cualquier intoxicación alimentaria provocada por alguno de sus productos.
Yo, como consumidora me siento totalmente desprotegida ante unas leyes que no garantizan la seguridad sanitaria en algo tan serio como es la alimentación.

2 Comments

  1. Las Recetas de Malena 12 mayo 2014 at 10:59

    Muchas gracias Vivi por tu comentario. La verdad es que si estamos desprotegidos, menos mal que los fabricantes no están, de momento, por la labor de eliminar la fecha de caducidad, espero que continúen por esa línea.
    Un besiño

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