El pan es uno de los alimentos más consumidos en nuestro país. Aunque el  pan fresco blanco es sin lugar a dudas el más vendido,  el consumo de pan fresco integral está subiendo considerablemente  y se ocupa ya el tercer puesto en el ránking. El principal problema que los consumidores nos encontramos a la hora de comprar productos integrales es si realmente lo son o no.

¿Es realmente ntegral el pan integral que compramos?

El pan integral es el que está elaborado con harina integral, es decir, la harina elaborada con el grano de cereal entero.  Podemos encontrar en los puntos de venta panes, tostadas, galletas o cereales integrales sin harina integral. Para saber si un producto es o no integral debemos leer el etiquetado y comprobar que el primer ingrediente es «harina integral» o «harina de grano entero» (ya sabemos que en el etiquetado los componentes aparecen siempre de manera que el primero es el que está en mayor proporción),  el resto de harinas o cereales presentes en la composición también sean integrales; los azúcares no estén entre los tres ingredientes primeros y la relación entre los hidratos de carbono/fibra debe ser menor que 10/1. Cuando se trata de pan fresco sin etiquetar, deberemos fiarnos de nuestro panadero o acudir a un sitio de confianza.

¿Es realmente ntegral el pan integral que compramos?
En algunas etiquetas podemos leer «rico en fibra». Esto no quiere decir que sea un alimento «integral», no debemos confundirlos. Un alimento «rico en fibra» tienen más de tres gramos de fibra por cada cien gramos de producto. Si pone «alto contenido en fibra» esta cantidad se duplica.  Los alimentos integrales son más saludables que los que contienen fibra añadida. Contienen más vitaminas y minerales y son más saciantes.

¿Es realmente ntegral el pan integral que compramos?
El fraude en los productos integrales puede estar en el origen de las harinas de que proceden. En la molturación de algunas harinas se elimina el germen (parte interna del trigo) dejando sólo el salvado (cáscara rica en fibra) y el endospermo (proporciona el almidón). El resultado es una  harina blanca con pequeños trozos de salvado que no es para nada harina integral aunque se vende como tal.
El consumo de cereales integrales está asociado con una menor mortandad en hombres y mujeres y con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cáncer. La composición de la capa más externa del grano de trigo o salvado, le confiere un potente efecto antiinflamatorio y antioxidante.

7 Comments

  1. Cocinando con Mandil 24 abril 2018 at 17:53

    Malena,muchas gracias por tu información,yo me he pasado al lado de las que ya hace el pan en casa y compro la harina,generalmente integral,de centeno o espelta y preeparo el pan para toda la familia.
    Hay que leer todo lo que ponga en los ingredientes….o como dices fiarte d etu panadero
    Muchos besitos¡¡

  2. Lola Martínez 24 abril 2018 at 20:32

    A mi me engañan todo lo que quieren, ya que no soy nada de masas y siempre lo compro. Tampoco es que coma mucho, pero lo prefiero integral.
    Bss

  3. Cuca 25 abril 2018 at 09:48

    Un post interesantísimo. Desde hace un tiempo nos hemos pasado al pan integral y si compramos galletas intento que también lo sean, pero había muchas cosas que no sabía y te agradezco un montón tu entrada.

    ¡Besos mil!

  4. Diana Moriel 27 abril 2018 at 13:47

    Que buena informacion nos traes, siempre hay que leer bien los ingredientes y estar pendientes de cada producto que adquirimos!
    Bs

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