Cuando el calor aprieta no hay nada más refrescante que tomar un helado, tanto niños como mayores disfrutamos de este postre. Sin embargo los adultos no tanto ni tan frecuentemente como desearíamos. Las grasas y azúcares contenidos en los mismos con su consiguiente elevado valor calórico nos echan para atrás. Pero alerta como siempre, la industria alimentaria nos atrae con unos novedosos helados, bajos en calorías y muy sanos, porque según los publicitan no es un helado a la manera tradicional, sino que se trata de yogur helado, y ¿hay algo más sano que un yogur?

El yogur helado no es un yogur, es un helado con sabor a yogur al igual que hay helados de nata, chocolate o fresa y por lo tanto no es más sano que cualquiera de ellos ni cuenta con las mismas ventajas que un yogur. Estos yogures helados pueden tener en su composición entre un 10 y un 7% de grasas saturadas perjudiciales para la salud y su contenido en azúcares es muy superior -más del doble- al de cualquier yogur. No obstante estos niveles de grasas y azúcares son totalmente normales en los helados, ya que es precisamente de lo que se tratan estos productos. Asímismo el yogur helado no tiene la proporción de bacterias lácticas saludables de los yogures, puesto que el congelado las destruye.

El valor nutritivo de los yogures helados puede variar cuando se le añade un topping, es decir, otros ingredientes como chocolate fundido, frutas, galletas, frutos secos o caramelos. Es obvio que si adornamos el helado con chocolate fundido, éste contará con más grasas y azúcares.

Todos podemos darnos un capricho y tomar de vez en cuando un helado, pero es preciso que sepamos lo que estamos comiendo. Como consumidores debemos tener siempre presente que no se trata de un yogur helado sino de un helado normal con sabor a yogur. Que no nos den gato por liebre.