Todo aquello que tiene que ver con la alimentación forma parte muy especial y cotidiana de nuestra vida, no en vano comemos tres veces al día (como mínimo). Las relaciones de la alimentación con otras cuestiones, por tanto, son también muy frecuentes: gastronomía, hábitos saludables, educación, etc. Y uno de los aspectos que más ocupan esta relación constante es la que pone en contacto a la alimentación con la economía. Los precios de los productos alimenticios tienen mucho que ver con ciertas variables como la disponibilidad de los mismos, la calidad, o, por supuesto, el establecimiento donde los adquirimos.
En este sentido, las organizaciones de usuarios o consumidores son una fuente aceptable en la que informarse para buscar las mejores opciones a la hora de realizar la compra de todo aquello que va a formar parte de nuestra comida.
La importancia de realizar la compra en uno u otro supermercado es significativa. Según datos de la OCU, las diferencias económicas a la hora de optar por las mejores opciones, pueden rondar los mil euros anuales. Como es evidente, ninguna superficie es más barata que otra en el 100% de sus productos, así que si uno tiene el suficiente tiempo y humor, puede optar por la compra de algunos artículos en un supermercado concreto y otros en alguna cadena alternativa; en este caso -que exige una buena dosis de paciencia- las ventajas económicas pueden agrandarse. Por otro lado, existen asimismo notables discrepancias según las distintas ciudades o autonomías. Así, las zonas del nordeste peninsular -País Vasco, Cataluña o Navarra- son más caras en lo que a la cesta de la compra se refiere, mientras que Galicia o Andalucía , en general, salen mejor paradas en esta cuestión.
Está fuera de toda duda que las marcas blancas han conocido en los actuales tiempos un auge espectacular que ha obligado a algunos fabricantes de marcas acreditadas a rebajar sus precios. La alimentación es también el marco donde se libran grandes batallas empresariales.
Todos estos datos son para tenerlos en cuenta, pero no olvidemos que la calidad de los productos alimenticios -convenientemente contrastada con el precio de los mismos- debe ser el criterio fundamental que dirija nuestra compra.
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Un artículo muy interesante, me ha gustado mucho!!
Un saludo 🙂
Estoy de acuerdo Malena. Nosotros hace unos años no prestábamos mucha atención a los precios, pero empezamos a frecuentar distintos supermercados y vimos que el precio varía mucho siendo el mismo artículo y de la misma marca.
Por eso ahora hay productos que compramos en supermercados diferentes, así como estamos pendientes a ofertas y promociones ¡se nota muchísimo en el bolsillo!
¡Feliz y dulce fin de semana!
La verdad es que si se dispone de tiempo el ahorro es bastante considerable y yo la verdad a veces me siento estafada. Tampoco te puedes fiar mucho de las marcas, el que sean más caras no implica que sean de mayor calidad, y sobre todo debemos leer bien las etiquetas para que nos den gato por liebre por ejemplo en etiquetas como "atún en aceite vegetal" .
Un besito muy muy grande Cuca
Muchas gracias Sara. Me alegra que te haya gustado
Un besito ; )